Entrevista a Francisco Javier Carrillo Montesinos

Hoy nos acercamos a don Francisco Javier Carrillo Montesino, autor del artículo LA LEGIÓN, PRIMERA “BRIGADA EXPERIMENTAL”, que ha sido premiado por el jurado con otro de los accésits del I Premio Nacional de Periodismo José Ortega Munilla. 

Su dilatada trayectoria profesional —como diplomático al servicio de la ONU y de la UNESCO— le hace ser un gran conocedor de la compleja realidad internacional  y de los escenarios diferentes sobre los que desarrollan sus misiones las fuerzas armadas españolas y más concretamente las unidades de la Legión.

Francisco Javier nació en Málaga en 1944, ciudad a la que ha vuelto una vez jubilado y de la que nunca ha estado distante, a pesar de sus obligadas separaciones.

De su amplio y brillante curriculum debemos destacar que ha sido embajador de UNESCO/ONU y que es licenciado en Derecho, en Ciencias Políticas y en Letras. Master en Sociología por la Universidad de la Sorbona (Paris), con certificado en Economía Política.

Su cariño al Ejército le hace decir con orgullo que es Legionario de Honor y Alférez de Milicias Universitarias del Ejercito del Aire (MAU, Villafría, Burgos).

Como amante de las letras es asiduo colaborador en prensa diaria y autor de varios libros. Los últimos publicados: «La paz no es sólo ausencia de guerras»; «Cambio de Era»; «Foro abierto»;  Poesía: «Jardín de Dar Almutamid» (trilingüe: español, francés y árabe).

Está en posesión de las condecoraciones españolas: La Encomienda con Placa de Alfonso X el Sabio, y la Encomienda del Mérito Civil. Entre las condecoraciones extranjeras hay que destacar La Encomienda de la Pontificia Orden Ecuestre de San Silvestre, otorgada por el Papa Francisco. Es Caballero Pontificio de la Orden de Malta y del Santo Sepulcro.

Algunos se preguntarán, ¿qué se pretende con haber elegido el gobierno de España a La Legión como Brigada experimental? Es una cuestión a la que hay que ir respondiendo y explicando desde los medios de comunicación, pues se trata de «experimentar» el modelo de Fuerzas Armadas del futuro que ya está en nuestro presente (…)

En este encuentro con Francisco, nos vemos obligado a referirnos al premio otorgado por el jurado y a su participación en el Concurso Nacional de Periodismo José Ortega Munilla y le preguntamos:

¿Qué le motivó a participar en el concurso periodístico «José Ortega Munilla» convocado por la ANLH?

En realidad, “me motivaron” pues consideraba que en mis escritos no concurrían méritos suficientes. No escribo para concursos sino por vocación de servicio a través de los medios de comunicación.

Entre los fines de la ANLH está la defensa de los valores castrenses -en particular, de los legionarios-. ¿Con cuál de las virtudes castrenses se identifica más y por qué?

Pienso que los valores castrenses son parte integrante de los valores que deben prevalecer en toda sociedad civil. El honor y el patriotismo (no el patrioterismo) deben ser denominador común de todos los ciudadanos, así como ciertos ideales que cohesionan a los grupos humanos que forman una sociedad. Comprendo que la disciplina es fundamental en las Fuerzas Armadas y de Seguridad por las complejas misiones que les son encomendadas, a veces en situación de conflictos armados. Además, no es posible silenciar que estas instituciones son las depositarias del armamento, y en este punto la disciplina es fundamental, en el marco de lo establecido y preceptuado por la Constitución Española de 1978.

¿Cuál de ellas cree usted que puede ser de mayor valor para nuestros jóvenes en los duros tiempos que atravesamos?

Sin duda, el honor del patriotismo (no del patrioterismo, insisto). Ser patriota forma parte de ese denominador común que genera cohesión social, que no significa cerrar fronteras y ser insolidarios. El honor del patriotismo forma parte del bien común, y no puede ni debe ser apropiado de forma indebida. Es como la cúpula que envuelve a todos los valores cívicos. Por ello, la escuela debe jugar un papel básico para formar a los ciudadanos en estos valores. Nuestros vecinos franceses lo practican y es significativo que en la entrada de cada escuela esté la bandera francesa como signo de identidad nacional.

Por último,  ¿qué le parece la iniciativa de la Asociación Nacional de Legionarios de Honor y la Fundación Unicaja de convocar anualmente el Premio Nacional de Periodismo José Ortega Munilla, y los fines que les lleva a hacerlo?

Me parece que este tipo de convocatorias puede generar un efecto multiplicador en escritores de prensa para intentar que mejor se conozca el papel de las FAS, en particular de La Legión del siglo XXI en su Centenario. Se trata de instituciones del Estado que han de ser mejor conocidas en su papel fundamental de defensa del territorio y de su participación en misiones internacionales en favor de la Paz. Dos ejemplos: la sociedad española ha apreciado, y algunos han descubierto con grata sorpresa, el papel desarrollado por la Unidad Militar de Emergencia (UME) y algunas intervenciones de La Legión, sobre todo en Andalucía, durante los momentos más difíciles y trágicos de la COVID-19. Y hoy se sabe con más claridad que están ahí, preparados, con la Farmacia Militar, para cualquier intervención de emergencia.

Hay que aunar y sumar esfuerzos. Seguro que la ciudadanía lo ha valorado muy positivamente. Otro ejemplo, las Misiones de Paz con la ONU, la Unión Europea, o incluso con la OTAN. La Legión ha mandado las tropas internacionales en la frontera sur del Líbano con Israel para evitar enfrentamientos y guerra. También, con otros efectivos, ha estado muy presente en la lucha contra el terrorismo yijadista en el Sahel y, en particular, en Mali.

El ciudadano va comprendiendo que esas misiones indirectamente también están defendiendo nuestra propia paz y seguridad en España, siempre amenazada por este tipo de terrorismo. En un mundo interconectado, tanto la misión en Líbano como en el Sahel-Mali, están defendiendo y protegiendo un espacio del que formamos parte inmediata como es la cuenca del Mediterráneo y, por consiguiente, nuestras propias fronteras.

La teleconferencia entre el rey Felipe VI y el General Marcos Llago (jefe de La Legión) desde el sur del Líbano en plena pandemia pienso ilustró a muchos españoles de la imprescindible necesidad de unas FAS modernas y ágiles en el mundo raro que nos ha tocado vivir.

Es preciso informar y narrar con buen discernimiento estas operaciones de nuestras FAS y de La Legión en particular como algo propio que tiene retorno -como dirían los economistas- en nuestro propio beneficio y, sin duda, de España. Ya no se trata de nostalgias de un abuelo junto a la chimenea, que sorprendería a los nietos pero mucho me temo que no a la ciudadanía, sino de una realidad del siglo XXI que, por añadidura, tiene uno de sus objetivos fijados en unas Fuerzas Armadas europeas. Algunos se preguntarán, ¿qué se pretende con haber elegido el gobierno de España a La Legión como «Brigada experimental»? Es una cuestión a la que hay que ir respondiendo y explicando desde los medios de comunicación, pues se trata de «experimentar» el modelo de Fuerzas Armadas del futuro que ya está en nuestro presente, lleno de incertidumbres y nuevos desafíos por venir. La COVID-19, primera pandemia que ha afectado a todos los países del mundo, ha sido y continúa a serlo el terreno de un ensayo general para otros escenarios de crisis global, regional o nacional que no tiene que volver forzosamente a ser sanitaria.

Por Ángel Molinero
Responsable de Comunicación y Prensa ANLH

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